Historia

PARROQUIA "CRISTO REY" - ESMERALDAS - ECUADOR


























LA CATEDRAL "CRISTO REY"


La vieja y destartalada iglesia de la Merced había sufrido los embates del tiempo, de los terremotos y de la polilla. Hasta los terrenos que la rodeaban, poco a poco habían pasado a manos extrañas. No podía ser la catedral de una ciudad, principalmente por falta de espacio fí­sico. Monseñor había puesto los ojos en otro terreno que daba al mis­mo parque central, donde ahora está la Escuela "Hispano América".
Perdida esa posibilidad, a causa de una firme oposición de algunas autoridades, pensó comprar los terrenos adecuados en la embocadu­ra del valle que actualmente se denomina "Nuevos Horizontes", fren­te al Hospital. Toda esa zona era, en ese tiempo, un potrero prácti­camente abandonado.
Con los fondos de la "Junta Pro-Construcción" y con otras donacio­nes y préstamos, se procedió a la compra de algunas hectáreas que pertenecían al Seguro Social. Aquí, dejamos que hable Mons. Barbi­sotti (Carta Pastoral del 29 de junio de 1968):
"Terminada la obra del Colegio Católico, mi preocupación se dirigió a la realización de la Catedral... Cuando nos acercamos a dicha entidad . (el Seguro Social) para explorar la posibilidad de una adquisición, me dijeron que no lo venderían jamás y que sólo aceptarían un canje con terrenos limítrofes, en el caso de que la solicitud fuera aprobada por la ciudadanía. Recibí la aprobación entusiasta de todas las autorida­des (octubre 1960) y, en febrero de 1961, para preparar este canje su-
gerido compré a un distinguido señor de esta ciudad los terrenos con­tiguos a los del Seguro Social.
Entonces comenzaron las desilusiones y batallas legales que se pro­longaron por algunos años. Unos días después de haber registrado esta propiedad, el Consejo Catonal cuyo presidente es miembro nato de la "Junta Pro-Construcción" (el entonces alcalde Jorge Chiriboga G.) precipitadamente declaró de propiedad pública los terrenos del antiguo dueño incluyendo los adquiridos por nosotros. Y, con carác­ter de urgencia y sin previas averiguaciones, patrocinó la ocupación violenta de dichos terrenos (1 de abril de 1961). No es aceptable la excusa del desconocimiento, puesto que fueron desechados los docu­mentos públicos que se presentaron para probar nuestros derechos. Eran tiempos del derecho del más fuerte.
En aquellos momentos dolorosos sentí toda la amargura de acciones engañosas y sectarias. Si en este día de alegría me permito recordar­los, es sólo para dejar un testimonio público con la sinceridad con la que hemos venido actuando, y no se nos acuse de lo contrario, como aún se sigue haciendo, con palabras que poco se conforman a la ver­dad...".
Al fin llegó el momento en que se obtuvo del Seguro Social la cesión de los deseados terrenos, a costa de decenas de viajes, de entrevistas y de trámites.
También fue difícil preparar los dibujos y satisfacer los gustos de to­dos. Los primeros proyectos (1961) eran realmente faraónicos, por lo menos en el papel. Fueron duramente criticados y Monseñor hizo preparar otros. Finalmente se aprobó el proyecto definitivo que, a úl­tima hora, también fue cercenado en sus medidas.
En 2 de agosto de 1964 se colocó la primera piedra. "La demora nos ha causado grandes pérdidas materiales", se queja Monseñor.
La flamante Catedral es Inaugurada -estando todavía incompleta- con una primera Misa solemne celebrada por el arzobispo de Quito Mons. Pablo Muñoz Vega, Mons. Ruiz y Mons. González, el día 4 de agosto de 1967. Están presentes los alumnos de colegios y escuelas, los gru­pos parroquiales, las autoridades y una multitud de pueblo que llena totalmente la nave y el coro.

La solemne consagración de la Catedral, debidamente terminada, se realiza el domingo 27 de octubre de 1968. fiesta de Cristo Rey. Va precedida por una intensa preparación espiritual a nivel de todo el Vi­cariato. Están presentes doce obispos, incluyendo a Mons. Giuseppe Dalvit, obispo Comboniano en Brasil y, naturalmente, el Nuncio, Mons. Giovanni Ferrofino. Fue un día radiante y tranquilo. La estu­penda estatua de Cristo Rey abría sus brazos para invitar a todos los esmeraldeños a su nueva casa.
Mons. Barbisotti ve la más grande realización de su sueño. En su Diario escribe: "Fue un día lleno, esperado y deseado desde hacía años. En algunos momentos casi desesperé de poderlo ver. Pero con la gracia de Dios lo hemos conseguido. Ha sido todo y sólo gracia de Dios. Los hombres han hecho lo imposible para impedirlo; el Señor nos lo ha concedido. ¡Sólo a él la gloria!
Debería alabar y agradecer a los Misioneros Combonianos que se han sacrificado: desde el Superior regional. Padre Pasina, a los Padres jó­venes y ancianos, de la ciudad y de las parroquias del campo. Traer a tanta gente y de tan lejos ha causado notables dolores de cabeza: pero el bien y la alegría que todos hemos recibido han sido abundan­te recompensa.
Si las alabanzas que hemos recibido hoy fuesen un pasaporte para el Cielo, estaríamos seguros de ir todos al paraíso. Pero las alabanzas humanas son efímeras, y muchas veces no sinceras y de puro cum­plido. Por eso no nos dejamos hinchar por ellas y estamos en paz. Mañana continuaremos el trabajo cotidiano".
En realidad la construcción de la Catedral fue un verdadero triunfo para la Misión Comboniana, especialmente por las tremendas dificul­tades y oposiciones que se habían superado y por la magnitud y be­lleza de la obra. En aquella misma tarde, en el puerto, se quemó un barco ya completo de su carga y de pasajeros para el Norte. Murieron decenas de personas; no se hizo la fiesta popular programada para esa noche, y se celebró una Misa de sufragio.

PARROQUIA CATEDRAL "CRISTO REY" - ]
Fundada el 27 de octubre, 1968
La historia de la Catedral de Esmeraldas merecería un libro aparte. Nos limitamos a los datos esenciales.
Ya hemos dicho que la construcción de la Catedral fue el sueño má­ximo de Mons. Barbisottí y su más bella y sufrida realización. Se to­maron en consideración varios terrenos, entre ellos el de La Merced y el de la Escuela "Hispano América" diagonal a la Merced, al lado del Parque Central. Finalmente el Obispo compró unos terrenos, donde está actualmente el Barrio del Seguro Social, que fueron invadidos. Después de muchos trámites y peripecias en el 1964 se compraron los actuales terrenos.
El 2 de agosto de 1964 se puso la Primera Piedra, con la presencia del entonces Nuncio Apostólico Mons. Bruniera y se inició la obra según los planes del Ing. Crespo Benites, realizados por el maestro Rafael Huilcatoma. El 17 de mayo de 1965 se iniciaron los trabajos y el 23 de junio se fundió el primer plinto.
El 27 de diciembre de 1966, se completa la estructura con la torre de la fachada.
El 4 de agosto de 1967, se hizo la pre-inauguración con la misa cele­brada por el Card. Muñoz Vega. Se completó también la casa Cural, el actual centro de asistencia social y el Bautisterio subterráneo, ac­tualmente cerrado.
Los solemnes preparativos para la consagración comenzaron el 2 de octubre de 1968, con la formación de varios comités y las invitacio­nes a decenas de invitados "ilustres" que incluían el Presidente, el Nuncio y el Cardenal, los Obispos ecuatorianos, Ministros, Diputa­dos, bienhechores, colaboradores y amigos.
La consagración tuvo lugar el 27 de octubre de 1968, ñesta de Cristo Rey, a partir de las 10 de la mañana. Celebró Mons. Barbisotti A., con la asistencia del Nuncio Apostólico Mons. Giovanni Ferroflno, del

Cardenal Muñoz Vega y de otros 11 Obispos. Estaban presentes ca­si todos los Combonianos y Combonlanas del V. A. E.
Masiva fue la presencia y la colaboración de los fieles de todas las cla­ses y categorías, de la ciudad y de las parroquias del campo.
Probablemente fue éste el momento más intenso y entusiasmante pa­ra los Combonianos y para todo el pueblo cristiano de Esmeraldas. Un verdadero don de Dios, aparentemente de hormigón, pero signo visible de una montaña de trabajo y de sacrificio cotidiano, y de una comunidad cristiana viva y activa.
P. Luis Zanini. fue el primer párroco, seguido por los padres Campe-sán, Bonazzi, Mimirri y Doneda. Particularmente, útil fue la prolon­gada presencia del P. O. Coppari, y la de otros Padres.
Terminada la catedral comenzaron a surgir a su alrededor las obras complementarias:
Centro de Asistencia Social (1969),
Escuela Primaria "Cristo Rey" (1970), y la primera casa de las Com-
bonianas,
Curia Episcopal (1976),
Dispensario "Madre Anastasia (1978),
Salón de actos (1981),
Sede de "Radio Antena Libre" (1983),
Biblioteca "M. Cabello Balboa" y Museo Arqueológico" (1986).
Postulantado de las Misioneras Diocesanas (1987),
Nueva casa de las Combonlanas (1989),
En 1994-1995, se procedió al adoquinamlento de los patios, de los parterres y jardines.
También se completó la primera cancha y se hizo otra nueva para la Escuela.
La última obra fue la construcción del edificio para las oficinas de las instituciones educativas del V. A. E., realizada en 1995.
Después del período del párroco P. Doneda (1980-85), la Catedral pasó al Clero diocesano (P. Silvino Mina - P. Vicente Vivero).


VALORES ARTÍSTICOS DE LA CATEDRAL
Es oportuno hacer resaltar algunos de los valores estéticos y artísti­cos de la Catedral. Desde mayo de 1958, Mons. Barbisotti encargó al Ing. Ricardo Salazar, unos planes para la futura Catedral, planes que resultaron "faraónicos" y excesivamente costosos. Tentativa tras ten­tativa se llegó a adoptar los planes del Ing. Crespo Benitez, aunque tuvieron que ser reducidos en algunos metros las dimensiones de la Catedral en alto y ancho.
Para la obras marmóreas del presbiterio se utilizó mármol de las can­teras de Cuenca.
Las obras en bronce, la enorme estatua de Cristo rey y los angeles del altar son obras del P. Jordán Barani, arquitecto y pintor, y fueron fundidas en Milán (Italia).
Del mismo autor son las obras de hierro de la entrada (que represen­ta el infierno y el purgatorio) y la última cena actualmente detrás del altar. El mismo Padre pintó también en vidrio plástico o acrilico las 14 grandes vidrieras polícromas que representan distintos momentos de la vida de Jesús y de María, y la gran vidriera de la fachada que representa el paraíso. También los cuadros del Via Crucis son obra del mismo autor.
El Crucifijo sobre el altar es de madera de cedro, labrado en Ibarra, por un artista de la familia de los Mohtesdeoca. sobre cruz de guaya-cán hecha por el Hno. A Flori.
Otros detalles como los mosaicos y los hierros forjados de la pared del sagrario, las puertas laterales y de los confesionarios son obra del p. Doneda
Hay en la Catedral dos cálices o copas para la misa que tienen un va­lor histórico. Uno, con filigrana en plata, fue usado por el Papa Pío XII y otro de oro fue el regalo del Papa Pablo VI, ofrecido en ocasión de la consagración de la Catedral.
El baptisterio que está debajo de la plaza de la Catedral no se usó nunca a causa de los posteriores cambios en la liturgia y por motivos de higiene.

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